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NUESTRA TIERRA

Derecho sustentable

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Creamos y creemos necesario, habitar nuestros barrios de manera sustentable

Somos familias que trabajamos en el mercado laboral informal: cuidado de niños y ancianos, limpieza, changarines y jornaleros, albañiles y empleados en comercios de la zona.

También somos mujeres, madres cabezas de familia  emprendedoras: elaboramos alimentos, conservas, tejidos, y compartimos nuestros productos y experiencias en ferias barriales.

Al desarrollar la mayoría de nuestras actividades dentro de la economía informal, las mismas son inestables. Esto afecta nuestros ingresos económicos.

​La inestabilidad económica que vivimos a diario, dificulta que nuestros niños y niñas puedan iniciar el ciclo escolar obligatorio que comienza a los tres años. Frente a esta situación, las Salas Cunas que habitamos garantizan el derecho a la infancia. Esto permitirá que nosotras, mujeres encargadas de las tareas domésticas, podamos continuar con nuestras actividades laborales o finalizar nuestros estudios.

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Recuperar el espacio público

El derecho a la infancia se complementa con la necesidad de recuperar el espacio público. Nuestras familias viven en barrios con problemáticas de índole infraestructural, relacionadas con el planeamiento urbano junto a la ausencia de intervención del Estado, en cuanto al cuidado y mantenimiento del espacio público.
Nuestras familias sufren por la contaminación crónica del canal Maestro Sud, con el consiguiente problema de intoxicación, ahogamiento, inundación, acumulación de basura y escombro.  
La falta de infraestructura, el abandono del espacio público, limita nuestro derecho a la seguridad. De manera diaria sufrimos robos en nuestras viviendas o mientras esperábamos el colectivo. Lo que genera un sentimiento de desconfianza mutua entre los vecinos y vecinas del barrio.
La inseguridad también se respira en el flagelo de las drogas. Nuestras jóvenes se inician en las adicciones a una edad temprana. Esto se debe a la imposibilidad de participar en actividades culturales, recreativas y sustentables. Por tal razón se incrementa la violencia barrial y la alta deserción escolar. 
Ambas situaciones acarrean problemas de salud y ambientales, en el espacio público que habitamos de manera diaria. El mismo es fundamental para nuestras familias, en especial nuestros niños y niñas.
Si recuperamos el espacio público de manera sustentable, habitaremos barrios cuidados e iluminados, donde surgirán lugares de contención para el problema de las drogas

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La importancia nuestras huertas comunitarias

Hemos desarrollado iniciativas tendientes a propiciar en las vecinas y vecinos de los barrios de la zona sur de la Ciudad, una apropiación del espacio público.
Dichas prácticas se realizan de manera sustentable, en diferentes experiencias comunitarias. Nuestras familias asisten a talleres que fomentan el cuidado ambiental y la puesta en valor de los espacios recreativos.
La recuperación del espacio público, nos permite el desarrollo de huertas comunitarias. La elaboración de nuestros alimentos garantiza hábitos saludables.
La creación de huertas comunitarias, genera experiencias significativas en nuestras niñas y  niños. Ellos se relacionan íntimamente con la naturaleza, y observan la diversidad biológica que existe. Lo cual los educa en contenidos de ciencias naturales. Pero también es un espacio impregnado de emociones y  vivencias, donde se establecen lazos que integran al niño con el mismo, con los demás y con el medio ambiente.

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Carmelo Ibarra esq. Calle pública 1 s/n, Barrio Mirizzi, Córdoba

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